jueves, 4 de diciembre de 2014

Factores determinantes del milagro económico franquista. El trabajo infantil.



Ticket de racionalización de la producción
Después de la Guerra Civil, la economía española era catastrófica. Para tratar de salvar esta situación el Gobierno de los vencedores optó, en parte obligado por el bloqueo económico que sufrió el país en los años 40, por un sistema autárquico, es decir, por la limitación de las importaciones y la producción nacional de los bienes. Pero el sistema fracasó y dio lugar al racionamiento y a la corrupción y el mercado negro.

En los años 50 la apertura diplomática se tradujo en el abandono de la autarquía pero con un aumento de las importaciones, con el consiguiente déficit exterior y una alta inflación, agotando las reservas de divisas. Se aprobó el Plan de Estabilización de 1959 para controlar la inflación y abrir definitivamente la economía española, eliminando los controles y fomentando la inversión privada. Y aunque este ajuste económico era necesario, también tuvo efectos negativos: paro, reducción de salarios, etc.

Españoles emigrando a Bélgica
La siguiente fase fue la adopción de los Planes de Desarrollo entre 1964-1973 en los que el estado no planificaba totalmente, sino que permitía la iniciativa privada. El resultado de los Planes de Desarrollo fue el llamado “milagro económico español”. Sin embargo, sería absurdo concentrar todo el merito del éxito económico en los Planes de Desarrollo, sino que y hubo cambios sociales y culturales que también contribuyeron a ello. Entre 1959 y 1975 se produjo un crecimiento demográfico sin precedentes por la caída de la mortalidad y una alta natalidad. Asimismo se intensificaron los movimientos migratorios interiores. El éxodo rural hacia las grandes ciudades produjo una transformación de la estructura económica: crecieron los sectores secundario y terciario dando lugar a una clase media urbana. Y también aumentó la emigración exterior (más de 1,5 millones de emigrantes hacia la CEE: Francia, Suiza, RFA etc.) con la consecuencia de que la mentalidad de la sociedad española de los años 60 experimentó un cambio radical, pues por un lado se convirtió en una sociedad de consumo de masas, y por otro, el contacto con Europa descubrió a los españoles una mentalidad más tolerante y democrática.
Niños españoles trabajando
Y aquí era donde yo quería llegar. En la primera entrada de mi blog traté de aportar mi opinión sobre la conveniencia de regular el trabajo infantil en lugar de apartarlo a la marginalidad. Y es que, aunque sobre el papel la desde el principio las distintas normas franquistas adoptaron medidas protectoras de los niños (Fuero del Trabajo de 1.938, Ley de Contratos de Trabajo de 1.944 y otras normas de menor rango) la política de autarquía del régimen franquista y la situación de pobreza generada tras la Guerra Civil contribuyeron claramente al aumento del trabajo infantil. Esta era la realidad, por mucho que dichos derechos estuvieran reconocidos en las leyes. Pero ¿en qué medida? Difícil tarea pues no existen cifras oficiales, tal y como se refleja en la publicación “El trabajo de los menores de edad en la dictadura franquista” de Cristina Amich Elías (podemos acceder a su descarga aquí) para la Universidad de Salamanca , que ni siquiera acudiendo a las cifras de la Inspección de Trabajo o de los Juzgados de Menores se atreve de dar una cifra. Pero lo cierto es que la escolarización en nuestro país no se logró hasta muy tarde. ¿A que se dedicaban esos niños? No podemos decir que porcentaje de esos niños estaban trabajando ilegalmente, pero posiblemente el trabajo infantil fue un factor más para explicar el desarrollo económico durante el franquismo.

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